Prepararse para la vejez

Abstract

Pensar en la vejez no es muy usual ni muy gratifi cante para muchas personas, sobre todo para aquellas que se consideran aún muy jóvenes y que se les olvida que aún queda una etapa para vivir. Pero pensar en la vejez implica prepararse para disfrutar de esa etapa de la vida. Y una de las formas de prepararse es comenzar por aprender a mejorar los estilos de vida que llevamos. Las tendencias demográfi cas en Costa Rica revelan grandes expectativas de vida. Por ejemplo, la proporción de personas adultas mayores ha ido creciendo: mientras que en 1950 el porcentaje de personas de 60 años y más era de 5.7%, lo que equivalía a un número aproximado a las 50 mil personas en esas edades, ya en 1980 la proporción de personas en esa condición era de 130 mil, en números absolutos. A partir de 1995 pasa de 253 mil personas y en 1997 llega a 282 mil personas (Morales Martínez, 2000: 2).

Thinking about old age is not very common or very rewarding for many people, especially for those who consider themselves still very young and forget that there is still a stage of life to live. But thinking about old age means preparing to enjoy this stage of life. And one of the ways to prepare is to start by learning how to improve the lifestyles we lead. Demographic trends in Costa Rica reveal long life expectancies. For example, the proportion of elderly people has been growing: while in 1950 the percentage of people aged 60 and over was 5.7%, which was equivalent to approximately 50 thousand people in that age group, in 1980 the proportion of people in that condition was already 130 thousand, in absolute numbers. From 1995 onwards, it increased to 253,000 people and in 1997 it reached 282,000 people (Morales Martínez, 2000: 2).