Ecos de mi sangre
Fecha
2019-05
Autores
Rojas Mejías, Diana
Título de la revista
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Editor
AINCRIT, Argentina
Resumen
“¿Cómo enseñar, cómo aprender arte en la Universidad?” Esta era una de las interrogantes planteadas por el informe final de la Escuela de Teatro de la Universidad Nacional (UNA) de Costa Rica en 1978, segunda institución de educación superior en abrir una carrera de teatro y que para esta fecha había cumplido sus primeros cuatro años de existencia. Los debates aparecieron durante la creación de espacios para la enseñanza profesionalizante (UNA y Universidad de Costa Rica) y no profesionalmente (Taller Nacional de Teatro), los cuales trataban de validar el lugar del teatro en dos áreas no siempre relacionadas entre sí: la sociedad (el gran público) y la academia. Lo anterior marcó diversos posicionamientos sobre la necesidad (o no) de profesionalizar al artista (actor o actriz). En el plano universitario, se planteaba cuál Facultad debería acoger a las Escuelas de Arte, cómo se evitaría la homogenización de carreras artísticas y qué importancia tendrían para la comunidad universitaria. En plano nacional (gremio), se preguntaban cómo competirían estas opciones teatrales entre sí, cómo captarían a sus estudiantes y de qué manera diferenciarían sus planes de estudio. Al menos este último aspecto fue resuelto en la UNA con un concepto denominado Teatro Estudio, “marca de identidad” que buscaba trascender el énfasis del teatro en la actuación y formar un profesional capacitado en distintos campos de la expresión escénica. Todas estas premisas forman parte de una investigación en curso del programa Ecos de mi sangre de la UNA, que sustentada en documentación de archivo y prensa reconstruye la historia de la Escuela de Arte Escénico y su incidencia en las décadas de 1970-1980, cuando se debatía sobre la profesionalización de los artistas en la recién fundada universidad.
Descripción
Palabras clave
Historia, Escuela Arte Escénico, UNA
Citación
Ponencia