Dinámica de la cultura en Centroamérica

Abstract

Centroamérica es un territorio entre mares y continentes. Es, por lo tanto, un istmo y un puente. Como istmo, comunica o separa los dos más grandes océanos de la Tierra: el Océano Pacífico y el Océano Atlántico. Como puente enlaza la América del Norte con la América del Sur. Su naturaleza y su historia han estado marcadas por esta doble condición. Desde que surgió del océano primigenio hace miles de años, una cadena montañosa volcánica la atraviesa de Norte a Sur como una gigantesca columna vertebral, creando a sus costados dos vertientes que mueren en el mar como planicies. Ubicada en una zona subtropical, se caracteriza por tener una enorme variedad de microclimas, determinados la mayoría de las veces por la cambiante topografía. En lo alto de las sierras y de los conos volcánicos (que llegan a sumar más de cíen) prevalecen las temperaturas bajas, que pueden llegar al punto de congelación en las noches y las madrugadas de diciembre y enero, mientras en las costas el calor, muchas veces sofocante, puede llegar a alcanzar los 35° C.

Central America is a territory situated between seas and continents. It is, therefore, both an isthmus and a bridge. As an isthmus, it connects—or separates—the two largest oceans on Earth: the Pacific Ocean and the Atlantic Ocean. As a bridge, it links North America with South America. Its geography and history have been shaped by this dual condition. Since its emergence from the primordial ocean thousands of years ago, a volcanic mountain range has traversed the region from north to south like a massive backbone, flanked on either side by lowlands that descend into the sea. Located in a subtropical zone, Central America is characterized by a remarkable diversity of microclimates, most often determined by its varied topography. At the peaks of its mountain ranges and volcanic cones—of which there are more than one hundred—low temperatures prevail, occasionally reaching freezing levels during the nights and early mornings of December and January. In contrast, the coastal regions experience intense heat, often reaching up to 35°C, creating a climate that can be oppressive.