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Análisis genético del linaje mitocondrial de doña Andrea Vásquez de Coronado

Fecha

2012

Autores

Morera, Bernal
Meléndez Obando, Mauricio

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Editor

Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas (Costa Rica)

Resumen

Huestes españolas invadieron y colonizaron con éxito el territorio actual de Costa Rica entre 1561 y 1563 (Meléndez Chaverri 1982), en forma semejante de como ocurrió durante el siglo XVI a lo largo del continente americano. Un nuevo orden socioeconómico fue implantado como resultado de la desestructuración de las sociedades indígenas autóctonas, lo que permitió a los europeos gobernar el territorio convirtiéndose en la élite dominante (Ibarra 1990). En los registros históricos de Costa Rica, hay unos pocos casos de varones españoles que vinieron con esposas de su misma etnia o que, una vez consolidada la Conquista y alcanzada la estabilidad política, fueron a las ciudades españolas previamente fundadas, como Panamá (fundada en 1519) y Granada (1523) y León (1523), en Nicaragua, en busca de esposas españolas (Meléndez Chaverri 1982). Sin embargo, en general, el papel que tuvieron las mujeres en el establecimiento de la sociedad española en Costa Rica es desconocido. La mayoría de las veces ellas no fueron incluidas en los documentos e incluso sus nombres de pila son muy rara vez mencionados. Así, se ha estimado, con bastante seguridad, que tan solo un 13,56% (8 de 59) de las mujeres fundadoras serían de etnia española (Morera y Meléndez Obando 2010). En este sentido, un caso ilustrativo es el de don Juan Vásquez de Coronado1 (1524-1565), conquistador, primer gobernador y primer Adelantado de Costa Rica, y sin duda uno de los personajes más reconocidos por la historia costarricense. Aparte de su trascendencia histórica como uno de los principales forjadores de lo que después sería la nación costarricense, Vásquez de Coronado es uno de los principales genearcas de nuestra población, hasta tal punto que un difundido estudio (Stone 1982) asevera que él es fundador de una verdadera élite (“dinastía”, la llama el autor), que hacia 1975 le había dado al país 29 de sus 44 jefes de Estado y cerca de dos centenares de diputados (Mata Herrera 2000). No obstante, debemos hacer dos observaciones sobre esa tesis: 1) esta es una perspectiva masculinizada de la historia genealógica, pues es en realidad a través de su nieta doña Andrea Vásquez de Coronado (1585-1657) que esa élite político-económica desciende del citado don Juan y 2) la simple relación consanguínea con Juan Vásquez de Coronado es argumento insuficiente para hablar de una élite sociopolítica, pues –por sangre– muchísimos costarricenses con orígenes remotos en el Valle Central son sus descendientes, pero esos costarricenses no han estado vinculados al poder socio-político desde hace varias generaciones (Meléndez Obando 1996).
Spanish hosts successfully invaded and colonized the current territory of Costa Rica between 1561 and 1563 (Meléndez Chaverri 1982), in a similar way to what happened during the 16th century throughout the American continent. A new socioeconomic order was implemented as a result of the destructuring of indigenous indigenous societies, which allowed Europeans to govern the territory, becoming the dominant elite (Ibarra 1990). In the historical records of Costa Rica, there are a few cases of Spanish men who came with wives of the same ethnic group or who, once the Conquest was consolidated and political stability was achieved, went to previously founded Spanish cities, such as Panama (founded in 1519) and Granada (1523) and León (1523), in Nicaragua, in search of Spanish wives (Meléndez Chaverri 1982). However, in general, the role that women had in the establishment of Spanish society in Costa Rica is unknown. Most of the time they were not included in the documents and even their first names are very rarely mentioned. Thus, it has been estimated, with considerable certainty, that only 13.56% (8 out of 59) of the female founders would be of Spanish ethnicity (Morera and Meléndez Obando 2010). In this sense, an illustrative case is that of Don Juan Vásquez de Coronado1 (1524-1565), conquistador, first governor and first Adelantado of Costa Rica, and without a doubt one of the most recognized characters in Costa Rican history. Apart from his historical significance as one of the main forgers of what would later become the Costa Rican nation, Vásquez de Coronado is one of the main genearchs of our population, to such an extent that a widespread study (Stone 1982) asserts that he is the founder of a true elite (“dynasty,” the author calls it), which by 1975 had given the country 29 of its 44 heads of state and nearly two hundred deputies (Mata Herrera 2000). However, we must make two observations about this thesis: 1) this is a masculinized perspective of genealogical history, since it is actually through his granddaughter Doña Andrea Vásquez de Coronado (1585-1657) that this political-economic elite descends from the mentioned Don Juan and 2) the simple blood relationship with Juan Vásquez de Coronado is an insufficient argument to speak of a sociopolitical elite, since – by blood – many Costa Ricans with remote origins in the Central Valley are his descendants, but those Costa Ricans have not been linked to socio-political power for several generations (Meléndez Obando 1996).

Descripción

Palabras clave

ANÁLISIS GENÉTICO, ANDREA VÁSQUEZ DE CORONADO, MITOCHONDRIAL LINEAGE

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