El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
dc.contributor.author | Campos Mohr, Mario A. | |
dc.date.accessioned | 2024-05-17T19:38:51Z | |
dc.date.available | 2024-05-17T19:38:51Z | |
dc.date.issued | 1979 | |
dc.description.abstract | Aunque ha sido y es un tema apasionante, la cuestión de los derechos humanos ha tenido un auge sin precedentes en el siglo XX y particularmente, en las décadas posteriores a la terminación de la Segunda Guerra Mundial. La humanidad se ha preocupado especialmente en este siglo de definir los derechos humanos, sus alcances y sus metas, de fijar el cumplimiento de ciertas normas destinadas al bienestar del hombre, de regular y codificar los principios básicos de las libertades fundamentales de éste y de procurar la satisfacción de sus necesidades mínimas. Innumerables documentos e instrumentos jurídicos se han elaborado destinados a esos fines, no sólo a nivel mundial, en las Naciones Unidas, sino en el ámbito regional y local, en diversos organismos cuyas metas son la paz y el cumplimiento del noble tin de proteger y promover el bienestar del ser humano donde quiera que éste se halle. Relacionado con la labor de las Naciones Unidas en el campo de los derechos Humanos dice Hermann Klenner: "La cooperación internacional para la promoción de los derechos humanos está basada exactamente en el derecho a la determinación propia de cada pueblo y la tarea en los derechos humanos de las Naciones Unidas está derivada de sus funciones para salvaguardar la paz". El Lic. Fernando Volio, conocido intelectual costarricense y una de las personalidades mundiales en el terreno de los derechos Humanos dice al respecto: "Tantos términos, tantas definiciones, clasificaciones, subclasificaciones y matices de opinión. Tanto esfuerzo intelectual, tanta cooperación y empeño en organismos internacionales, para referirse a un solo tema: el de los Derechos Humanos". (2) Existen múltiples definiciones, tanto de parte de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Organización de la Unidad Africana y otras organizaciones, como de autores en particular, entre los cuales podemos mencionar a Duverger, Biscaretti, Hauriou, Juan XXIII, Constant, Jellinek, Denisov, Kirichenko, Lipson, Laski, Aron, Ruggiero, etc. La más importante, a mi entender, de las tipologías existentes, no sólo por su trascendencia global, sino por estar debidamente estructurada en elaborados documentos, es la de las Naciones Unidas; estos documentos son: El Pacto sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales y El Pacto de Derechos Civiles y Políticos. Fueron aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1966 y tienden a dar al ser humano el pleno disfrute de sus libertades civiles y políticas y librarlo de la miseria y del temor, así como contribuir a su desarrollo cultural y material. En adición a estos documentos básicos, que incluyen por supuesto la Carta de las Naciones Unidas, existen otros que complementan el instrumental jurídico con que cuentan los Estados Miembros de Naciones Unidas para la protección de los derechos de sus ciudadanos. Tales son la Convención Sobre Prevención y Castigo del Crimen de Genocidio, Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, Declaración sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, etc.. Por su parte los europeos han elaborado una serie de instrumentos destinados a tales fines y lo mismo han hecho los Estados Americanos en la protección de los Derechos Humanos a nivel continental. Lamentablemente y no obstante las buenas intenciones de todos los que en una forma u otra han intervenido para dar forma a tantas inquietudes en este sentido, todos esos esfuerzos en muchos casos han quedado circunscritos al papel en que fueron impresos. Esto no implica que muchos de esos esfuerzos no hayan sido efectivos, pues algunos de esos instrumentos han sido ratificados y tienen plena vigencia entre los Estados miembros de Naciones Unidas. Dichos instrumentos, vale la pena hacer la observación, han sido ratificados en tanto no tengan connotaciones políticas, pues cuando se ha tratado de instrumentos cuyas implicaciones rocen, siquiera ligeramente, los conceptos de soberanía y fueron interno de los Estados, como es el caso del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, de cuyo estudio y análisis me ocuparé en el presente estudio, la aprobación y, más aún, la ratificación posterior por parte de muchos Estados, es casi ilusoria. | es_ES |
dc.description.abstract | Although it has been and continues to be an exciting subject, the question of human rights has had an unprecedented boom in the 20th century, particularly in the decades following the end of World War II. Humanity has been particularly concerned in this century to define human rights, their scope and goals, to establish the fulfillment of certain norms aimed at the welfare of man, to regulate and codify the basic principles of his fundamental freedoms and to ensure the satisfaction of his minimum needs. Innumerable documents and legal instruments have been drafted for these purposes, not only at the global level, in the United Nations, but also at the regional and local levels, in various bodies whose goals are peace and the fulfillment of the noble aim of protecting and promoting the welfare of man wherever he may be. In relation to the work of the United Nations in the field of human rights, Hermann Klenner says: "International cooperation for the promotion of human rights is based exactly on the right to self-determination of each people and the task of the United Nations in human rights is derived from its functions to safeguard peace". Fernando Volio, a well-known Costa Rican intellectual and one of the world's leading figures in the field of human rights, says: "So many terms, so many definitions, so many classifications, sub-classifications and shades of opinion. So much intellectual effort, so much cooperation and effort in international organizations, to refer to a single subject: Human Rights". There are multiple definitions, both from the United Nations, the Organization of American States, the Organization of African Unity and other organizations, as well as from particular authors, among whom we can mention Duverger, Biscaretti, Hauriou, John XXIII, Constant, Jellinek, Denisov, Kirichenko, Lipson, Laski, Aron, Ruggiero, etc. The most important, in my opinion, of the existing typologies, not only because of its global significance, but also because it is duly structured in elaborated documents, is that of the United Nations; these documents are: The Covenant on Economic, Social and Cultural Rights and The Covenant on Civil and Political Rights. They were approved by the General Assembly of the United Nations on December 16, 1966 and aim to give human beings the full enjoyment of their civil and political liberties and to free them from want and fear, as well as to contribute to their cultural and material development. In addition to these basic documents, which of course include the Charter of the United Nations, there are others that complement the legal instruments available to the Member States of the United Nations for the protection of the rights of their citizens. These include the Convention on the Prevention and Punishment of the Crime of Genocide, the Convention on the Political Rights of Women, the Declaration on the Elimination of All Forms of Racial Discrimination, etc.. For their part, the Europeans have elaborated a series of instruments for such purposes and the American States have done the same in the protection of Human Rights at the continental level. Unfortunately, and despite the good intentions of all those who in one way or another have intervened to give shape to so many concerns in this regard, all these efforts in many cases have remained limited to the paper on which they were printed. This does not imply that many of these efforts have not been effective, since some of these instruments have been ratified and are fully in force among the Member States of the United Nations. These instruments, it is worth noting, have been ratified insofar as they do not have political connotations, since they are instruments whose implications touch, even slightly, on the concepts of sovereignty and the internal affairs of States, as in the case of the High Commissioner for Human Rights, whose study and analysis I will deal with in this study, the approval and, even more, the subsequent ratification by many States, is almost illusory. | es_ES |
dc.description.procedence | Escuela de Relaciones Internacionales | es_ES |
dc.identifier.uri | http://hdl.handle.net/11056/28002 | |
dc.language.iso | spa | es_ES |
dc.publisher | Universidad Nacional, Costa Rica | es_ES |
dc.rights | Acceso embargado | es_ES |
dc.subject | ACNUR | es_ES |
dc.subject | DERECHOS HUMANOS | es_ES |
dc.subject | ONU | es_ES |
dc.subject | HUMAN RIGHTS | es_ES |
dc.subject | UN | es_ES |
dc.subject | UNHCR | es_ES |
dc.title | El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos | es_ES |
dc.type | http://purl.org/coar/resource_type/c_7a1f | es_ES |
una.tesis.numero | 0857 | es_ES |
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