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Ecos bioéticos para el abordaje del uso de cannabis en Costa Rica, 2023

Resumen

La propuesta de este trabajo final de investigación aplicada versa sobre un modelo bioético de abordaje a personas usuarias de drogas con fines de mejorar su salud, e incentivar la reflexión sobre dilemas bioéticos cuando se aborda el uso de las drogas por parte de pares humanos, ya sea en investigaciones académicas, en tratamientos relacionados dentro de sistemas médicos o en el bioderecho. El proyecto se enmarca como una pasantía teórico-práctica con un enfoque de estudio cualitativo, que se gesta dentro del posgrado en Bioética de la Universidad Nacional y cuya planificación fue desarrollada en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica. La metodología incluyó la recolección de datos a través de un formulario en línea con sentencias que abordaban el actuar moral (ethos), complementado con videos sobre experiencias de dolor. Esto permitió fomentar la empatía y la reflexión entre pares sobre el abordaje del cannabis medicinal desde una perspectiva bioética. Su anclaje teórico está basado tanto en postulaciones del utilitarismo, como en la instrumentalización de las elecciones de otros profesionales al referirse al tema de usuarios de drogas para mejorar aspectos propios que le permitan vivir y no simplemente prolongar componentes biológicos que sostengan a las células vivas. Para ello utiliza como ejemplo el uso de cannabis y sus derivados como droga irregular, a razón de la popularidad de su consumo al considerarse una droga blanda, y al vilipendio del que han sido víctima muchas personas usuarias en Costa Rica, lo que crea una tensión entre el marco legal existente y la búsqueda individual de alivio, una situación que las medidas actuales de nuestro país no logran resolver completamente. Como parte de su marco contextual, hace un breve recorrido histórico sobre investigaciones académicas realizadas sobre el cannabis y cita algunos descubrimientos que podrían ayudarnos a comprender sus posibles contribuciones a la salud humana y animal, así como lo que versa sobre su posible dosis tóxica. Problematiza desde la bioética la viabilidad de la autonomía personal en la búsqueda de paliar el dolor propio, en donde la mayor utilidad posible a aspirar debería ser el bienestar, ese que nos hace felices, reconociendo que la línea divisoria puede ser difusa en relación con el dolor psicológico. Aborda el dilema bioético de investigar conductas humanas tabú, tipificadas como ilegales, reconociendo que esto puede generar prejuicios y disonancias cognitivas en académicos y profesionales. Argumenta dentro del contexto de enfermedades terminales y cuidados paliativos que la droga debería ser menos relevante que el bienestar, la autonomía y las solicitudes encaminadas a ello. Subraya que el alivio y la disminución del sufrimiento son pilares de los enfoques paliativos en salud, cuyos objetivos están orientados a mejorar la calidad de vida de las personas usuarias y sus familias frente a enfermedades que amenazan sus garantías para poder vivir la vida, al mismo tiempo que nos exhorta a buscar un camino alternativo a la criminalización de los usuarios cuando el objeto de la ley general de salud, es la salud. Los resultados de la pasantía reflejan la influencia de las tendencias bioéticas y la importancia de contemplar la dimensión vivencial en la búsqueda del bienestar. Las personas participantes, en su mayoría profesionales o en proceso de profesionalización en el sector salud, se inclinan por un modelo utilitarista en materia de bienestar. Esto se manifiesta en la defensa de la autonomía para tomar decisiones sobre las sustancias que se introducen en el cuerpo, aunque también se reconoce la influencia de condicionamientos sociales y la necesidad de información adecuada. Hallazgo congruente con la filosofía utilitarista en la que se basa parte del análisis y desde donde se defiende la búsqueda de la felicidad y el bienestar como derechos fundamentales para garantizar los mecanismos para atenuar, aliviar o hacer desaparecer el dolor. Indican que una intervención poco ética ocurre cuando se ignora el sufrimiento de los "marginados ilegales", quienes, al buscar alternativas fuera del sistema regulado, se exponen a estigmas sociales y a productos sin control de calidad. Esto puede llevar a un aumento del sufrimiento y la búsqueda desesperada de soluciones, incluso si son irregulares. Este punto señala la vulnerabilidad que desencadena el estigma acusado por la culpa moral, que además puede actuar como un mecanismo para objetar las líneas de investigación que los discursos de poder no desean explorar, utilizando el tabú de lo inmoral como regulador punitivo en salud. Resaltan la complejidad que representa en salud pública, el uso de alternativas medicamentosas no convencionales y la limitada investigación en Costa Rica debido a posturas jurídicas conservadoras y prohibicionistas, que empujan a las personas que recurren a sustancias no reguladas para el alivio del sufrimiento a exponerse al estigma social y a la adquisición de productos de dudosa procedencia y calidad. Otro hallazgo, es que la mayoría de las personas participantes se adhiere a la postura de utilizar las drogas necesarias en casos que crean requerirlo, buscando que la investigación y la intervención profesional les ayuden a depurar sus ideas, y se destaca la necesidad de un debate constante entre profesionales y personas sufrientes para alcanzar consensos en el alivio del dolor, validando la opinión y los deseos del otro, extraños morales que no están exentos de prejuicios, indiferentemente de su profesión, y donde la reflexión académica se vuelve un avance crucial para una práctica profesional más ética. Por último, nos acerca a una bioética construida con base en referentes lingüísticos propios, considerando la pluralidad social del lenguaje (científico, filosófico, jurídico, médico, popular) y fomenta la riqueza del trabajo conjunto, interdisciplinario e interuniversitario, la necesidad de trascender la discusión a otras instituciones, escenarios y organizaciones sobre el abordaje ético-profesional de usuarios de drogas tabú, para un ejercicio profesional en salud pública que evite colectivizar la moral personal y fomente la reflexión sobre la influencia de los prejuicios en la formación de las nuevas generaciones de profesionales.
The proposal for this final applied research project focuses on a bioethical model for approaching drug users with the goal of improving their health and encouraging reflection on bioethical dilemmas when addressing drug use by human peers, whether in academic research, in related treatments within medical systems, or in biolaw. The project is framed as a theoretical-practical internship with a qualitative study approach, developed within the graduate program in Bioethics at the National University and planned at the Faculty of Pharmacy of the University of Costa Rica. The methodology included data collection through an online form with statements addressing moral behavior (ethos), complemented by videos about experiences of pain. This fostered empathy and reflection among peers on the approach to medical cannabis from a bioethical perspective. Its theoretical foundation is based both on utilitarian postulates and on the instrumentalization of other professionals' choices when referring to the issue of drug users, seeking to improve their own qualities that allow them to live, rather than simply prolong biological components that sustain living cells. To this end, it uses the example of the use of cannabis and its derivatives as an illegal drug, due to its popularity, considered a soft drug, and the vilification to which many users in Costa Rica have been subjected. This creates a tension between the existing legal framework and the individual search for relief, a situation that current measures in our country fail to fully resolve. As part of its contextual framework, it briefly reviews academic research conducted on cannabis and cites some discoveries that could help us understand its potential contributions to human and animal health, as well as its potential toxic dose. From a bioethical perspective, it problematizes the viability of personal autonomy in the quest to alleviate one's own pain, where the greatest possible utility to aspire to should be well-being, that which makes us happy, recognizing that the dividing line can be blurred in relation to psychological pain. It addresses the bioethical dilemma of investigating human behaviors classified as illegal, acknowledging that this can generate prejudices and cognitive dissonances in academics and professionals. Within the context of terminal illnesses and palliative care, it argues that drugs should be less relevant than well-being, autonomy, and the requests directed toward them. It emphasizes that relief and the reduction of suffering are pillars of palliative approaches in health, whose objectives are oriented toward improving the quality of life of users and their families in the face of illnesses that threaten their guarantees for living life. At the same time, it urges us to seek an alternative path to the criminalization of users when the objective of the General Health Law, is health. The results of the internship reflect the influence of bioethical trends and the importance of considering the experiential dimension in the pursuit of well-being. The participants, mostly professionals or those in the process of professionalization in the health sector, lean toward a utilitarian model of well-being. This is reflected in the defense of autonomy in making decisions about the substances introduced into the body, although the influence of social conditioning and the need for adequate information are also recognized. This finding is consistent with the utilitarian philosophy on which part of the analysis is based and from which the pursuit of happiness and wellbeing are defended as fundamental rights to guarantee mechanisms to mitigate, alleviate, or eliminate pain. They indicate that unethical intervention occurs when the suffering of the "illegible marginalized" is ignored. By seeking alternatives outside the regulated system, they expose themselves to social stigma and products lacking quality control. This can lead to increased suffering and a desperate search for solutions, even if they are irregular. This point highlights the vulnerability triggered by the stigma associated with moral guilt, which can also act as a mechanism to object to lines of research that power discourses do not wish to explore, using the taboo of immorality as a punitive regulator in health. They highlight the complexity of the use of unconventional alternative medicines and the limited research in Costa Rica due to conservative and prohibitionist legal positions, which force people who turn to unregulated substances to relieve suffering to expose themselves to social stigma and the acquisition of products of dubious origin and quality. Another finding is that the majority of participants adhere to the position of using the necessary drugs in cases where they believe they require it, seeking that research and professional intervention help them refine their ideas, and the need for an ongoing debate between professionals and sufferers is highlighted in order to reach consensus on pain relief, validating the opinions and desires of others, moral strangers who are not exempt from prejudices, regardless of their profession, and where academic reflection becomes a crucial advance for a more ethical professional practice. Finally, it brings us closer to a bioethics constructed on the basis of its own linguistic references, considering the social plurality of language (scientific, philosophical, legal, medical, popular) and encourages the richness of joint, interdisciplinary and interuniversity work, the need to transcend the discussion to other institutions, scenarios and organizations on the ethical-professional approach to users of taboo drugs, for a professional practice in public health that avoids collectivizing personal morality and encourages reflection on the influence of prejudices in the training of new generations of professionals.

Descripción

Trabajo Final de Investigación Aplicada sometido a la consideración de la Comisión de la Maestría en Bioética UNA-UCR para optar al grado y título de Magister en Bioética. Este trabajo final de investigación aplicada fue aceptado por la Comisión de la Maestría en Bioética de la Universidad Nacional y Universidad de Costa Rica, para optar al grado y título de Magister en Bioética.

Palabras clave

CANNABIS SATIVA, BIOÉTICA, UTILITARISMO, DROGAS, BIENESTAR, ÉTICA MÉDICA, BIOETHICS, UTILITARISMO, DRUGS, WELFARE, MEDICAL ETHICS

Citación