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Vacuna para el sistema: Caminos para Costa Rica después del COVID-19

Fecha

2020-05

Autores

Rodríguez Román, María del Rocío
Ramírez Núñez, Mauricio
González Gómez, Cristhian
Acuña González, Guillermo
Cruz Rodríguez, Yérali
Guzmán Ferreto, Irene
Raventós, Henriette
Acuña Obando, Brayan
Barquero Chacón, Guillermo

Título de la revista

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Editor

Universidad Nacional, Costa Rica

Resumen

La actual coyuntura del covid fue como un balde de agua fría para los distintos sistemas políticos, sanitarios y económicos a lo interno de cada Estado. Sin embargo el golpe más duro lo recibieron sin duda los pilares simbólicos que sostienen nuestra idea actual de globalización, la falsa promesa de una prosperidad asegurada por la teoría del derrame, la “inevitable” necesidad de desmantelar los sistemas públicos de salud en función de modelos privados más “eficientes” y la “urgente” desregulación de la economía en sus distintos ámbitos, con el fin de “favorecer” al consumidor con productos más “baratos”. El precio de seguir dichas medidas a rajatabla lo escuchamos con dolor en las noticias o lo leemos en nuestras redes sociales con miles de muertos a diario. No es que antes no existieran víctimas de la desigualdad, sino que ahora podemos agrupar a una parte de ellas bajo del título de “muertas por coronavirus”. Cualquier persona está a merced de la pandemia, pero no todas cargamos con el mismo miedo a la muerte. Sabemos que en los Estados Unidos son las personas afroamericanas y latinoamericanas las que están pagando con sus cuerpos la injusticia de un modelo de salud injusto, propio de un sistema económico más preocupado por la generación de riqueza que por su redistribución. En Latinoamérica los vestigios de nuestros antiguos regímenes coloniales vuelven a salir a flote mediante un colorismo que niega el acceso más básico a la salud a las personas racializadas e indígenas dentro de los sistemas de salud. Muchas de estas prácticas discriminatorias ni siquiera son realizadas de manera intencional por las y los miembros del cuerpo médico gubernamental, sino que se encuentran ya institucionalizadas, insertas en las lógicas de operación de sistemas, partiendo de una lógica eurocéntrica, excluyen de antemano la concepción de bienestar y enfermedad de los pueblos originarios y les alejan indirectamente de un acceso pleno de sus derechos. En resumen, en Latinoamérica son las personas más desfavorecidas las que vuelven a cargar con la pesada carga de vivir en la región más desigual del mundo. Costa Rica ha sido sin duda una excepcionalidad histórica, no por una falsa “homogeneidad racial” expuesta en nuestro mito nación de la “Suiza centroamericana”, sino por tener un envidiable sistema de salud universal, público y solidario en el noveno país más desigual del mundo.
The current covid situation was like a bucket of cold water for the different political, health and social systems. economic within each State. However, the hardest blow was undoubtedly received by the symbolic pillars that support our current idea of globalization, the false promise of prosperity assured by spillover theory, the “inevitable” need to dismantle public health systems based on more “efficient” private models and the “urgent” deregulation of the economy in its different areas, in order to “favor” the consumer with “cheaper” products. We hear with pain in the news or read about the price of following these measures to the letter on our social networks with thousands of deaths every day. It is not that there were no victims of inequality before, but that now we can group a part of them under the title of “deaths from coronavirus.” Anyone is at the mercy of the pandemic, but not all of us carry the same fear of death. We know that in the United States it is African American people and Latin Americans who are paying with their bodies for the injustice of an unjust health model, typical of a economic system more concerned with the generation of wealth than its redistribution. In Latin America, the vestiges of our former colonial regimes are re-emerging through a colorism that denies the most basic access to health to racialized and indigenous people within the systems. of health. Many of these discriminatory practices are not even carried out intentionally by the and members of the government medical body, but are already institutionalized, inserted in the system operation logics, starting from a Eurocentric logic, exclude in advance the conception of well-being and illness of indigenous peoples and indirectly distance them from full access to their rights. In short, in Latin America it is the most disadvantaged people who once again bear the burden. burden of living in the most unequal region in the world. Costa Rica has undoubtedly been a historical exceptionality, not because of a false “racial homogeneity” exposed in our nation myth of “Central American Switzerland”, but for having an enviable universal, public and supportive health system in the ninth most unequal country in the world.

Descripción

Palabras clave

COVID-19 (ENFERMEDADES), COVID-19 (DISEASES), SALUD PÚBLICA, PUBLIC HEALTH, CONDICIONES ECONÓMICAS, ECONOMIC CONDITIONS, CONDICIONES SOCIALES, SOCIAL CONDITIONS, DESIGUALDAD SOCIAL, SOCIAL INEQUALITY

Citación