Cómo escapar del laberinto de la aricultura industrial: construyendo sistemas agroalimentarios sustentables y justos, una ruta para América Latina.

Abstract

En la actualidad, existe un creciente llamado a transformar los regímenes agroalimentarios globales hacia modelos de producción, distribución, procesamiento y consumo de alimentos que sean verdaderamente sostenibles, tanto social como ambientalmente. Este enfoque abarca todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la producción agrícola y ganadera hasta la llegada de los alimentos a los consumidores finales. Este consenso ocurre ante las evidencias cada vez más contundentes de que el sistema agroalimentario dominante acumula graves contradicciones e insuficiencias, entre ellas su contribución decisiva al cambio climático, la contaminación de aguas superficiales y profundas gracias al uso masivo de agrotóxicos, la eutrofización de los océanos, la degradación de millones de hectáreas de tierras agrícolas, sus impactos sobre la salud humana y animal, la nunca resuelta cuestión del hambre y de sus correlatos recientes, la obesidad y la malnutrición; todo lo cual ha llevado a académicos, políticos, corporaciones, ONGs y movimientos sociales, cada cual desde sus visiones e intereses, a pronunciarse sobre la impostergable tarea de avanzar en el diseño y puesta en práctica de soluciones viables y eficaces ante estos y otros desafíos (Marques, 2015; Intergovernmental Panel on Climate Change [IPCC], 2020; Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services [IPBES], 2019; Swinburn, 2019).

Currently, there is a growing call to transform global agri-food systems toward models of food production, distribution, processing, and consumption that are truly sustainable, both socially and environmentally. This approach encompasses all stages of the food chain, from agricultural and livestock production to the arrival of food at end consumers. This consensus is emerging in the face of increasingly compelling evidence that the dominant agri-food system is riddled with serious contradictions and shortcomings, including its decisive contribution to climate change, the contamination of surface and groundwater through the massive use of agrochemicals, the eutrophication of the oceans, the degradation of millions of hectares of agricultural land, its impacts on human and animal health, the never-resolved issue of hunger and its recent correlates, obesity and malnutrition. All of this has led academics, politicians, corporations, NGOs, and social movements, each from their own perspectives and interests, to speak out on the urgent task of advancing the design and implementation of viable and effective solutions to these and other challenges (Marques, 2015; Intergovernmental Panel on Climate Change [IPCC], 2020; Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services [IPBES], 2019; Swinburn, 2019).