Frente a la encrucijada de las etiquetas políticas. Editorial Costa Rica, Estado e intelectuales (1959-1987)

Abstract

Este artículo estudia la Editorial Costa Rica y sus publicaciones como espacios de disputa dentro del mundo intelectual, desde su creación en 1959 hasta su crisis económica en 1987. Profundiza en la fundación institucional, las discusiones políticas por el contenido de sus publicaciones y las amenazas de otras entidades por la comercialización de las obras. La Editorial Costa Rica -en adelante, ECR o Editorial- como espacio de poder cultural. Propone que la Editorial y sus publicaciones se convirtieron en sitios de lucha entre intelectuales. Conceptualiza su papel de esta manera porque la institución se creó sobre los cimientos del Estado Benefactor, el cual al ofrecer condiciones favorables de subvención la perfiló como el principal ente de promoción de la literatura. Por momentos, esta situación desencadenó disputas por el acceso a sus puestos y a sus programas de publicaciones. Y por otros, las divisiones políticas heredadas del conflicto de 1948 y el contexto global de polarización ideológica, canalizaron los debates hacia la función política de la Editorial y el alcance de sus publicaciones en el público lector. Indica que los motores de lucha entre intelectuales tuvo tres dimensiones. La primera giró en torno a la asignación de recursos estatales y a la oportunidad, con ello, de cubrir el costo total del libro. La segunda se vinculó con la legitimidad literaria otorgada por la institución y las posibilidades de dar a conocer las creaciones artísticas a través de un canal oficial del Estado. Y la tercera se relacionó con la afinidad ideológica de los autores y autoras, y las consecuencias para la Editorial de publicar sus obras. El trabajo inicia con el análisis de la creación de la Editorial en 1959 y concluye con su crisis económica en 1987. El combate ideológico también involucró las publicaciones sobre historia y pensamiento político. Escribir sobre la crónica del 48, los partidos políticos y sus líderes desató interpretaciones encontradas entre el personal evaluador y la intelectualidad de la opinión pública; debates que representaron, a su manera, las preocupaciones políticas en cada década de estudio. La visita a las “memorias del 48” reveló el peligro de la contemporaneidad de los acontecimientos relacionados, por lo general, con los vínculos afectivos al evento y la institución de la verdad. En estos debates también se cuestionó la intencionalidad de la obra, ya que, en medio de coyunturas electorales, se identificaron como instrumentos de propaganda política. Los debates recuperados mostraron el capital cultural alcanzado por la Editorial. Este espacio simbólico e institucional en el medio artístico lo logró al constituirse como el principal ente de edición y difusión de la producción literaria costarricense en el período de estudio. Alrededor de estos beneficios se originaron pugnas intelectuales; juegos de poder entendidos en el marco de una instancia portadora de legitimidad literaria y retribución económica. No obstante lo anterior, estas facilidades de publicación, sin una política editorial definida la mayor parte del tiempo, terminaron por comprometer su capacidad financiera y competitividad frente a nuevas ofertas editoriales. Las medidas tomadas para reorganizar la institución y restablecer sus prioridades, posiblemente adelantaron las transformaciones a las que se empezó a afrontar el campo literario costarricense. Esta vez la necesidad de trascender la frontera nacional y apostar por la comercialización de los productos se impusieron como nuevas reglas de juego y reconocimiento en una sociedad en la que se abrían paso los imperativos de la lógica neoliberal.

This article studies the Editorial Costa Rica and its publications as spaces of dispute within the intellectual world, from its creation in 1959 to its economic crisis in 1987. It delves into the institutional foundation, the political discussions about the content of its publications and the threats of other entities for the commercialization of the works. The Editorial Costa Rica - hereinafter, ECR or Editorial - as a space of cultural power. He proposes that the Editorial and its publications became sites of struggle between intellectuals. It conceptualizes its role in this way because the institution was created on the foundations of the Welfare State, which by offering favorable subsidy conditions outlined it as the main body for promoting literature. At times, this situation triggered disputes over access to their positions and their publishing programs. And on the other hand, the political divisions inherited from the 1948 conflict and the global context of ideological polarization, channeled the debates towards the political function of the Editorial and the scope of its publications in the reading public. Indicates that the fighting engines between intellectuals had three dimensions. The first revolved around the allocation of state resources and the opportunity, with it, to cover the total cost of the book. The second was linked to the literary legitimacy granted by the institution and the possibilities of making artistic creations known through an official channel of the State. And the third was related to the ideological affinity of the authors, and the consequences for the Editorial of publishing their works. The work begins with the analysis of the creation of the Editorial in 1959 and concludes with its economic crisis in 1987. The ideological combat also involved publications on history and political thought. Writing about the chronicle of '48, the political parties and their leaders unleashed conflicting interpretations among the evaluating staff and the intelligentsia of public opinion; debates that represented, in their own way, political concerns in each decade of study. The visit to the “memories of 48” revealed the danger of the contemporaneity of the events related, in general, with the affective ties to the event and the institution of truth. In these debates, the intentionality of the work was also questioned, since, in the midst of electoral junctures, they were identified as instruments of political propaganda. The recovered debates showed the cultural capital reached by the Editorial. This symbolic and institutional space in the artistic environment was achieved by establishing itself as the main entity for publishing and disseminating Costa Rican literary production in the period of study. Intellectual struggles arose around these benefits; games of power understood within the framework of an instance that carries literary legitimacy and economic retribution. Notwithstanding the foregoing, these publishing facilities, without a defined editorial policy most of the time, ended up compromising their financial capacity and competitiveness in the face of new editorial offers. The measures taken to reorganize the institution and reestablish its priorities, possibly advanced the transformations that the Costa Rican literary field began to face. This time the need to transcend the national border and bet on the commercialization of products were imposed as new rules of the game and recognition in a society in which the imperatives of neoliberal logic were making their way.